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lunes, 27 de octubre de 2014
Como convertir una cámara de exterior PoE en WIFI
jueves, 16 de octubre de 2014
Mejora la eficiencia de tu móvil Android paso a paso
Nuestros móviles de última generación y smartphones han
llegado a convertirse en dispositivos todo en uno, ejecutando tareas
que hace muy poco estaban reservadas a ordenadores de sobremesa. La otra
cara de la moneda, es que adolecen de los viejos inconvenientes del
entorno de la informática: cuellos de botella y uso excesivo de memoria
RAM.
En tan solo cinco pasos, aprenderemos a reconocer estos dos síntomas en nuestro móvil Android, y en la medida de lo posible, paliar estas deficiencias para mejorar la eficiencia, y con ello, la fluidez y rendimiento.
Los sistemas operativos móviles han asimilado de forma eficaz la
multitarea de los nuevos procesadores multinúcleo y los procesos por
lotes, dotando a nuestros móviles de una potencia inusitada, tanto para
juegos como aplicaciones complejas, aún a costa de utilizar de forma
continua recursos como la memoria volátil y aumentar la frecuencia del
reloj del procesador. Esto ha dado lugar a que los megabytes de memoria
RAM sean objeto de minuciosa observación para aquellos que gusten de
tener su dispositivo en las mejores condiciones.
Reconocer el problema
Los primeros indicios de que nuestro terminal adolece de falta de memoria son: ralentización en el apagado y encendido de las aplicaciones más ligeras, interrupciones en juegos o programas que requieran mayores exigencias gráficas, reseteos espontáneos, etc… Cuando el móvil presenta alguno de estos síntomas es muy posible que sean el reflejo de carencia de memoria debido al llamado “cuello de botella”, esto es, el flujo de datos sufre una congestión durante el paso por los módulos de memoria volátil, y una vez conocido esto, nos pondremos manos a la obra para mejorar la situación.
Una de las aplicaciones más descargadas del Android Market son los conocidos “task killer”, programas destinados a terminar procesos y tareas que permanecen de forma residente en el sistema operativo. En principio es una opción segura para liberar memoria y de ahí su popularidad, pero veremos que no es oro todo lo que reluce.
Android es un sistema operativo basado en Linux, que
consigue de forma bastante eficiente y estable desarrollar todas las
operaciones habituales de un smartphone, y al igual que ocurre con los
ordenadores personales, los programadores tienen muy en cuenta la
prioridad en los procesos y la gestión de recursos de memoria, potencia
gráfica y almacenamiento, aprovechando incluso la capacidad multitarea
de los chips más modernos. Esto quiere decir que el propio Sistema
Android se encargará de ir limpiando el sistema, dejando en segundo
plano los procesos que no son importantes en un momento preciso pero que
deban ser activados de forma inmediata cuando el momento lo requiera.
Por tanto, la primera acción que debemos hacer para mejorar la
eficiencia de nuestro móvil es olvidarnos de los “task killers”,
desinstalarlos de nuestro sistema, o al menos, no permitir el
autoarranque, ya que la eliminación de ciertos procesos o aplicaciones
esenciales, producirán un malfuncionamiento, repercutiendo en la fluidez
al manejar la interfaz o aplicaciones del móvil.
Las diferentes versiones de Android vienen a implementar mejoras en el rendimiento, añadiendo nuevas funcionalidades, eliminando bugs y puliendo las aristas que pueden surgir en la interacciones con los principales programas y aplicaciones de nuestro Terminal, la mayoría desarrolladas por Google. Esto significa que mantener actualizado nuestra versión de sistema operativo, en la actualidad la 2.3.5, es vital si tratamos de aumentar el rendimiento.
Las diferentes versiones de Android vienen a implementar mejoras en el rendimiento, añadiendo nuevas funcionalidades, eliminando bugs y puliendo las aristas que pueden surgir en la interacciones con los principales programas y aplicaciones de nuestro Terminal, la mayoría desarrolladas por Google. Esto significa que mantener actualizado nuestra versión de sistema operativo, en la actualidad la 2.3.5, es vital si tratamos de aumentar el rendimiento.
La forma más común de actualización consiste en activar las descargas
automáticas desde los servidores del fabricante del Terminal,
accediendo y descargando en caso necesario, cualquier novedad lanzada,
de forma fácil y casi inadvertida para el usuario. El problema reside en
que esta opción no siempre es la más accesible, ya que dependiendo del
modelo y marca, los fabricantes están más o menos dispuestos a mantener
un compromiso para actualizarlo periódicamente.
Si este es nuestro caso, la solución pasa por descargar manualmente
el archivo contenedor de la actualización deseada o incluso el firmware
completo más reciente, ya sea desde la web oficial del fabricante o
desde otros portales especializados en proveer este tipo de producto.
Para instalarlo y aplicar los cambios en nuestro móvil, será necesario
acceder al núcleo del sistema, que lo hará posible una aplicación
llamada Odin. Explicaremos paso a paso este proceso en un próximo
tutorial.
Aunque en el paso número 2 se ha desaconsejado el uso de los llamados “task killers”, esto no supone necesariamente que descuidemos las aplicaciones que corren en segundo plano.
Aunque en el paso número 2 se ha desaconsejado el uso de los llamados “task killers”, esto no supone necesariamente que descuidemos las aplicaciones que corren en segundo plano.
Hemos de asegurarnos que al abandonar cualquier programa, lo hagamos
de la forma indicada por el desarrollador, utilizando el comando
habilitado al afecto, y no abusando de la tecla retroceso. La aplicación
abandonada obviando la opción “salir del programa” guarda una porción
de memoria del sistema que puede sernos muy útil para otras operaciones.
Es importante también comprobar la completa desinstalación de
aplicaciones que ya no deseamos conservar. Diversos programas
especializados en backups, como TitaniumBackup, hacen
posible la desinstalación efectiva de aquellas aplicaciones que se
resisten a abandonarnos, dejando residuos en el registro.
Además de todo esto, es recomendable vigilar de forma ocasional, los
programas arrancados en el inicio del sistema. Por defecto, Android
ejecuta varias aplicaciones que considera tendrán un acceso frecuente, y
gracias a programas gratuitos como Autorun Manager, evitaremos que se cuelen otras aplicaciones e incluso juegos, que aportan ningún beneficio ni son abiertos de forma habitual.
Por último, la “prueba del algodón” para verificar si con todos estos
pasos hemos mejorado la eficiencia de nuestro terminal, es el llamado
testeo de benchmark.
Los benchmark tester son programas especializados que miden la rapidez del hardware en realizar diversas operaciones y cálculos,
midiéndolo en intervalos. A la vez que arroja resultados, los comparará
con los principales móviles y smartphones del mercado.
Realizando un testeo antes y después lo anteriormente escrito,
obtendremos de primera mano, y de forma cuantitativa, la mejora aplicada
en nuestro inseparable dispositivo.
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